Esta mañana camino al trabajo, empezó a llover. Por todo el recorrido iba rogandole a Dios por que escampara, pero no sucedió, por el contrario comenzó a llover más fuerte. Llegué a mi destino y pues, tuve que bajarme del carro por puesto (Transporte público) y empaparme toda...
Al principio me sentí... conchale mal porque me estaba mojando. Y luego terminé con una sonrisa en los labios como la que llevo ahora. Me dió gusto que Dios no me complaciera, le hacía falta un bañito a mi alma.
De todo lo que te pase, toma siempre el lado positivo de las cosas, Dios sabe lo que hace... Confía.